El paso de la niñez a la pubertad, suele ser un período de
revolución interna para cualquier púber. Durante esta etapa, los niños
experimentan rápidos cambios en su crecimiento físico, cognitivo, emocional y
social; sin embargo, se da inicio al proceso de toma de decisiones, es decir su
autonomía y su independencia. El proceso de transición no sólo significa que el
niño debe manejar un nuevo conjunto de habilidades, sino que también debe
cruzar el puente que da camino al cambio de actitud es decir de la dependencia
cruzando a la independencia. Este cambio no es algo que ocurra de un día para
otro, pero si se puede lograr con mayor
facilidad si la independencia se va creando durante toda su niñez y claro aquí
la pieza clave son los padres sin dejar de tomar en cuenta las limitaciones
físicas del niño y su inteligencia para resolver sus actividades.
El niño necesitará desarrollar las habilidades para la de
resolución de problemas para así lidiar con los resultados de una mala decisión.
Igualmente, en su camino hacia la independencia, el púber debe darse cuenta de
que nada tiene de malo pedir ayuda y el tener en cuenta de las limitaciones que
debe tener, pues a pesar de que están creciendo y se busca la independencia
tiene que tomar en consideración que siguen estando bajo las ordenes y cuidado
de sus padres y es por eso que la independencia no lo abarca todo.
Una de las cosas más importantes durante esta etapa, es la
comprensión y confianza que los padres depositen en los hijos, pues es la mejor
manera de estar al pendiente de ellos pues solo así tendrán la oportunidad de
aconsejarlos en cualquier decisión que ellos decidan tomar.
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